“Educar es conmoverse, afectarse, comprometerse, poner el cuerpo y el corazón. Es crear puentes con el conocimiento, la cultura, con los otros donde el afecto es un mediador imprescindible […]. La escuela deja huellas afectivas. Somos en gran medida el resultado de la mirada escolar que se interioriza como espejo”. Karina Kaplan, (2022).
Con la presencia de la profesora e investigadora Carina Kaplan, en el marco de la UNLaM, compartimos un espacio para pensar nuestra práctica pedagógica, en la cual la ternura, la mirada afectiva hacia el otro, y por lo tanto la empatía y el respeto, son base y a la vez parte, de los aprendizajes a desarrollarse.
La escuela como institución social, y Nuevo Día en particular, como un lugar de oportunidad y esperanza. Una práctica docente creativa que realice pequeños grandes gestos que contemplen la singularidad de cada estudiante, generando un tejido vincular seguro y confiable. Docentes sensibles que se conmuevan en su tarea. Niñas, niños, jóvenes que quieran volver al otro día a su colegio, a Nuevo Día.
Esta es nuestra apuesta, seguramente utópica. Pero la utopía es el motor para seguir educando corriendo un poquito más allá de los límites que se presentan.
¡Por un ciclo lectivo nutritivo en todos estos aprendizajes!