Taller de Arte

Cuando vamos a viajar a un lugar por primera vez, lo primero que hacemos es imaginarnos cómo es, o investigar para tener una idea previa. 

Durante el viaje nos asombra todo lo que hay para conocer; y luego, con el tiempo, nos quedarán sólo algunos recuerdos de lo más importante porque es imposible abarcarlo todo. Pero si tenemos la oportunidad de volver a ir a ese lugar, ya sabremos unas cuantas cosas y podremos poner nuestra atención en nuevos detalles. Y así cada vez descubriremos algo nuevo, que en realidad ya estaba allí pero no le habíamos prestado atención. 

Algo parecido a “viajar por primera vez” sucede en la Escuela y en el Taller de Arte cuando aprendemos algo nuevo. 

Este año nos propusimos trabajar con pájaros de nuestro país, qué hay tantos y son tan hermosos. 

Antes de poner manos a la obra fuimos compartiendo todo lo que sabíamos sobre los pájaros: cómo son, cómo se mueven, dónde viven, cuántas patas tienen, si tienen boca o pico y muchas cosas más. Después de eso trabajamos sobre la imagen interior que todos tenemos de “un pájaro”.  

Luego, fuimos mirando imágenes de pájaros y profundizamos prestando atención a los detalles: cómo es la forma, el tamaño, el color, el lugar donde está. Todo esto que fuimos viendo lo plasmamos en las producciones utilizando diferentes técnicas, que también de a poco se vuelven cada vez más complejas. 

Cómo en los viajes, en el arte necesitamos volver muchas veces al mismo lugar, pero siempre será sabiendo un poquito más que antes y encontrando nuevos detalles que enriquecen nuestro trabajo y también nuestro mundo interior.

Con estas palabras, la Prof. Gisela Tórtora relata el proceso invisible que luego se plasma en las obras de las alumnas y alumnos.